Proceso BIM. Pasos de la gestión del proceso BIM.
Introducción
Aunque la popularidad de BIM ha ido en aumento durante los últimos veinte años, todavía hay muchas empresas que no comprenden la necesidad de BIM en el panorama actual de la construcción y las tecnologías modernas. BIM es crucial para que los equipos de diseño y construcción trabajen juntos cuando se trata de modelos 3D, entre otras cosas.
El proceso de utilizar BIM para diferentes fines de colaboración en las distintas fases del proyecto es una tarea compleja. También implica muchos recursos, tanto de programas como de empleados. Algunos ejemplos de programas BIM que se utilizan habitualmente en el proceso BIM son Revit, Navisworks, AutoCAD, 3D Studio Max, Revizto y muchos otros.
1. Fase de prediseño
La fase de prediseño es el primer paso hacia la realización del proyecto y suele implicar varias decisiones a largo plazo. Una de esas decisiones es si se debe utilizar BIM en el proceso o no. En este punto, es muy raro que las empresas no aprovechen las numerosas ventajas que ofrece BIM, pero no deja de ser una elección. La única excepción a esta regla es el territorio británico, que exige el uso de BIM para cualquier construcción que supere el ámbito específico del proyecto. Además, en este paso también se crea el modelo esquemático del proyecto, realizado por el arquitecto.
Este tipo de modelo se presenta después al propietario del proyecto, con una explicación suficiente sobre las distintas instalaciones, los costes previstos y los materiales implicados. No es raro que el propietario haga preguntas u ofrezca sus opiniones sobre el diseño en cuestión, y sólo después de revisar todas las correcciones del propietario puede el modelo entrar finalmente en la fase de diseño.
2. Fase de diseño
En la fase de diseño es donde suelen intervenir otras partes de BIM, como la programación y la estimación (4D y 5D), y a veces incluso más. Repasaremos dos de ellas, ya que son más comunes que las demás.
La programación se encarga de que el edificio esté listo en el plazo de tiempo establecido de antemano, y la estimación garantiza que el proyecto se mantenga dentro de los límites del presupuesto predeterminado. La correcta configuración de los modelos BIM mejoraría significativamente los resultados de estos esfuerzos.
Por ejemplo, la programación tiene que tener en cuenta el proceso de construcción y cómo funciona en primer lugar. Esto permite que las estimaciones del calendario sean precisas y menos propensas a errores. Además, si se tiene en cuenta el proceso de programación cuando se crea el modelo BIM, será mucho más fácil que la estimación proporcione cifras y predicciones más precisas cuando se trate de presupuestos y materiales consumidos. La existencia de información en diferentes partes del modelo BIM ayuda a que este proceso se realice correctamente.
En la era de los dibujos en 2D, era una tarea muy laboriosa intentar tener en cuenta todas las posibilidades y elementos a la hora de realizar estimaciones. Por suerte, BIM es capaz de proporcionar modelos y objetos repletos de información sobre sus equivalentes en la vida real, lo que facilita considerablemente la realización de estimaciones y la programación.
La colaboración y su lugar en la fase de diseño.
En el diseño detallado es donde más debe brillar la colaboración. Realizar reuniones periódicas de coordinación con los distintos participantes en el proyecto (ingenieros, estimadores, programadores, arquitectos, jefes de proyecto, jefes de obra, etc.) permite que todos los participantes en el proyecto se impliquen en el proceso y aporten su opinión sobre posibles problemas o contratiempos.
Además, también es muy recomendable realizar comprobaciones de interferencias y detecciones de colisiones con regularidad. Algunos dirán que es un proceso que lleva mucho tiempo, pero corregir un error no detectado previamente en un edificio existente lleva mucho más tiempo y recursos que encontrarlo en la fase de diseño y arreglarlo antes de que la construcción llegue a ese punto.
La fase de diseño es también el momento en el que el modelo BIM podría utilizarse de varias formas distintas, y no sólo con su propósito original. La existencia de la gestión de procesos BIM en su conjunto permite utilizar un modelo BIM en la programación, los alzados, los recorridos, las secciones y muchos otros procesos, lo que puede ahorrar mucho tiempo y dinero dentro de ese proyecto.
3. Fase de construcción
Una vez finalizado el proceso de diseño, es hora de iniciar el proceso de construcción. Suponiendo que haya calculado la estimación y la programación en la fase de diseño, ya debería tener una serie de artículos de largo plazo comprados de forma preventiva y que su programación sea lo más cercana posible a la realidad. En este punto, el trabajo in situ ya debería haber comenzado, con gente trabajando para preparar el vertido de los cimientos, entre otras cosas.
En esta fase de la construcción, BIM puede utilizarse de muchas formas para mantener el proceso en marcha, por así decirlo. Un programa específico como Navisworks puede utilizarse sobre el terreno para asegurarse de que el diseño previsto se sigue al pie de la letra, y tanto el jefe de obra como el superintendente de campo colaboran con el equipo de diseño precisamente con ese fin.
La ejecución de protocolos adicionales de detección de colisiones también es una práctica común en este punto para asegurarse de que no se está pasando nada por alto en el edificio a medida que se construye. En esta fase, también es posible realizar simulaciones de construcción y predecir algunos de los problemas antes de que se produzcan e interrumpan la construcción en su conjunto.
Además, las simulaciones te ayudarán a hacer mejores estimaciones para el proyecto en su conjunto, asegurándote de que terminarás el proyecto a tiempo. Otra ventaja de utilizar BIM a lo largo de todo el proyecto es la posibilidad de poner al día al propietario con recorridos y renders reales para que pueda ver por lo que ha pagado.
Conclusión
En este artículo hemos explicado el proceso BIM y lo hemos dividido en varios pasos (o fases). El objetivo principal de BIM como proceso es reforzar la colaboración y facilitar que todos los participantes en el proyecto trabajen en colaboración y de forma más eficaz.
BIM permite establecer una conexión sólida entre dos fases importantísimas de la construcción: el diseño y la construcción propiamente dicha. Como resultado, la eficiencia ha mejorado drásticamente, y aún hay margen para crecer.